La defensa Argentina que empezó siendo lo más cuestionado del equipo de Sabella, terminó de manera firme el Mundial. Chiquito Romero, arquero con más dudas que certezas por su falta de continuidad, fue el héroe ante Holanda y se ganó el respeto de todos. Martín Demichelis, que entró por la ventana siendo la sorpresa de los 23, cuando le tocó jugar lo hizo de la mejor manera. Zabaleta y Garay fueron mejorando en cada partido. Hasta que terminaron cerrando el fondo como gladiadores.

Marcos Rojo y Enzo Peréz, dos jugadores que Sabella conocía muy bien no le fallaron. Rojo se llevó toda la atención al comienzo del Mundial, que ahora parece muy lejano, con una fabulosa rabona en el área. Y Enzo Pérez tuvo la difícil tarea de reemplazar a Di María. Demostró en la cancha por qué es de lo mejor en Portugal, donde juga todos los domingos.

Lucas Biglia reemplazó en el medio a un Gago que no demostró su mejor nivel y formó una muy buena dupla con Mascherano.

Lavezzi , el favorito de las chicas, desequilibó y le dio simetría y balance al equipo cuando entró por Agüero.

¿Y Messi?, jugó grandes partidos, e hizo golazos pero no le alcanzó para demostrar por qué decimos que es el mejor del mundo.  Todos esperábamos muchos más de Leo, sobre todo en estos partidos decisivos.

Frente a Alemania no supieron definirlo los de arriba. Tal vez falto suerte, puntería o los nervios jugaron una mala pasada. Primero Higuaín, luego Palacio y Agüero. Cada uno tuvo su chance, seguramente si alguna terminaba en gol era otra la historia.

Pero Argentina vuelve sin reproches, dejando todo en la cancha. Como dijo Javier Mascherano símbolo de esta selección, el equipo estuvo a la altura de las circunstancias.

Perder una final es doloroso, pero de 32 selecciones Argentina terminó segunda y no es poco.  Este Mundial de Brasil quedará en el recuerdo de cada argentino.