Vamos, contame, decime
Todo lo que a vos te está pasando ahora
Porque sino cuando está
Tu alma sola llora
Hay que sacarlo afuera
Como la primavera
Nadie quiere que adentro algo se muera
Hablar mirándose a los ojos
Sacar lo que se pueda afuera
Para que adentro nazcan cosas nuevas.

A veces parece que el ciudadano Piero de Benedictis tiene la tristeza larga de tanto venir andando. Estuvo casi diez años luchando contra la infamia y la estupidez. Le pegaron en su corazón solidario y lo hirieron en un ala. Pero nunca dejó de volar. Por eso dice que para la justicia la causa terminó pero que para él, recién comienza. Se manifiesta como un indignado más. Un programa de televisión inescrupuloso le inventó una causa y una justicia empobrecida lo metió en un interminable tobogán burocrático. Le hicieron de todo. Le mintieron, lo engañaron, y la mal llamada justicia perdió 3.000 fojas de pruebas y documentos. Y ni siquiera hicieron un sumario por jugar a la ruleta rusa con la honra de un hombre honrado.
 
Hoy Piero respira tranquilo. Se sacó un peso de encima y sale fortalecido. Su único pecado fue poner una granja eco educativa en una terrenito de su propiedad. Quiso ayudar a los pibes que necesitan todo porque no tienen nada. Darles afecto, contención, enseñarles el maravilloso oficio de arar la tierra. Sembrar educación para cosechar solidaridades. ¿Y que pasó? Bombardearon de mierda la Fundación Buenas Ondas. En aquel momento hice una columna gritando la inocencia de Piero. Jamás había tomado un café con el. Pero basta ver la trayectoria de un hombre para descubrir sus convicciones. Y además estudié aquél programa llamado Punto doc y me dí cuenta que hacía agua por todos lados.

Que habían forzado testimonios, que habían editado falsedades, que sobreactuaron por ausencia de información. Fue una brutal mala praxis periodística con la que acusaron a Piero sin tener de que acusarlo. Recién después conocí personalmente a Piero y aprendí a quererlo más todavía. Comprendí que tiene esa cara de bueno porque es bueno. Si uno se mete en profundidad se da cuenta que, Pierito, el Tano, dedicó toda su vida a ver de que manera podía ayudar mejor a los que mas necesitan. Siempre lo hizo. Desde todos los lugares y trincheras. La primera fue la fe.

Se metió como seminarista porque de la mano de Cristo pensaba caminar las calles pobres y levantar sus banderas. Allí conoció a varios curas que, como el padre Carlos Mugica, se convertirían en mártires de la lucha por una sociedad mas justa. Después, colgó la sotana y se subió a la militancia. Allí también con la guitarra en la mano y Evita en el corazón buscó la misma justicia social por otros medios. Y protestó. Y denunció. Y exigió para el Pueblo lo que es del Pueblo. Y se salvó con lo justo de que lo mataran como a muchos de sus amigos. El andaba en los barrios y en las universidades ametrallando ironías: “Prohibiremos la esperanza/Y prohibido está nacer/ ¿No será mucho almirante?/ Faltaba mas, coronel”

Pudo escapar. Y se fue a ese exilio español donde encontró otros valores, otros caminos interiores que llevaban al mismo destino solidario. Fundó las Buenas Ondas. Se vistió de blanco y reclamó ser pan, ser paz, ser más. Se puso la solidaridad al hombro y participó de cientos de festivales a beneficio. Puso guita de su bolsillo. Recorrió América Latina y se hizo torrente y multitud en los recitales. Cinco millones de personas lo vieron. Tres millones de discos le compraron. Y lo acusaron de quedarse con 400 pesos. Parece joda. Dio millones. Vació sus alcancías.
 
Entregó su vida a los demás y algún tarado de la tele se creyó que Piero se podía quedar con 400 pesos. Después quedo claro que fue una empleada que hizo desastres de todo tipo y sobre todo con la contabilidad de la granja. Pero hay que ser muy turro o muy ignorante para confundir un error administrativo o una oficinista despechada con periodismo de investigación.

En su página web los miles y miles que lo quieren y lo valoran se pusieron codo a codo para defenderlo. Una piba colombiana, la segunda patria de Piero, publicó “La Calumnia “, del maestro Rubén Darío que dice asi: "Puede una gota de lodo/sobre un diamante caer;/puede también de este modo su fulgor oscurecer;/pero aunque el diamante todo se encuentre de fango lleno, el valor que lo hace bueno no perderá ni un instante,y ha de ser siempre diamante/por más que lo manche el cieno.”

Ojalá se junten los Pieros bien juntos, como los chuecos para cantar su doloroso amor por este país. Ay pais. Este suelo tiene un nombre/ desde el mar hasta la sierra/como le cuento a mi gente/ lo que pasa en esta tierra/Ay, país, país, país/ las cosas se cuentan solas, solo hay que saber mirar.
Don Lino de Benedictis, su querido viejo, el que caminaba lento para perdonar al viento, debe estar mas tranquilo con su sangre en el cielo. Como un hombre común que tiene rabia de un hombre común. Un hombre común tiene siempre lo que tiene que tener. Ganas de vivir la vida y que se dejen de joder. Eso Piero, mi querido Piero… que se dejen de joder.