Yo tengo un sueño. Mucho mas modesto que el de Martin Luther King, pero sueño al fin. Empieza así:

“A partir de este momento transmiten LRA Radio Nacional, LS82 canal 7 y todas las emisoras que integran la cadena nacional…” Habla al país, la presidenta de la Nación, doctora Cristina Fernández de Kirchner… Buenas tardes maestros y maestras. Quiero aprovechar este día de paro nacional en que los encuentro a todos en sus casas para pedirle disculpas por el injusto ataque al que los sometí en el discurso de apertura de las sesiones ordinarias del Congreso. Con toda sinceridad debo decirles que me equivoqué y que reconocer un error es el primer paso para solucionarlo.

No debí apelar a esos conceptos tan prejuiciosos que instaló el neoliberalismo de Carlos Menem en su momento. Yo se que no es cierto que trabajen solamente 4 horas ni que tengan 3 meses de vacaciones. Yo soy producto de la escuela pública y lo recuerdo muy bien. Es verdad que a mi hija Florencia la mandé a un colegio secundario privado y a estudiar cine a Estados Unidos pero ustedes comprenderán que hay excepciones que confirman la regla. Me equivoqué en lo que dije, en el tono que lo dije y en la oportunidad.

Perdí de vista que están reclamando un mínimo de 3.000 pesos y que en ese recinto del parlamento ninguno de los legisladores gana menos de 30 mil pesos, es decir 10 veces mas, luego del aumento de mas del 100% que firmaron Amado Boudou y Julián Domínguez. Cualquiera de ustedes, queridos maestros y maestras, podría chicanearme preguntando si los diputados y senadores trabajan más de 4 horas por día y si tienen 3 meses de vacaciones. Les confieso que estaba muy enojada porque hay millones de chicos que se quedaban sin clases y eso me preocupa como presidenta y como madre. Invito a todos los gremios docentes a la casa de gobierno para encontrar un marco de convivencia civilizada y un diálogo que nos permita revolucionar la educación en la Argentina.

Necesitamos apuntar a la excelencia y a no dejar a ningún chico sin clases. Compartirán conmigo que no hay nada que genere mayor justicia social que la igualdad de oportunidades a la hora de educar. Les pido que me reconozcan que el presupuesto educativo nunca fue tan alto en la Argentina y que hemos repartido dos millones de netbooks. Y yo voy a reconocer que con eso no alcanza. Que hay muchos colegios que no tienen internet. Que no hay educación de calidad sin docentes bien pagos, respetados, jerarquizados y capacitados. Reconozco que maltrate un símbolo de su lucha histórica y que la Carpa Blanca fue un ejemplo de resistencia pacífica y creativa, donde los chicos no perdieron horas de clases y ustedes lograron la ley de financiamiento educativo.

Les pido que convoquemos a una comisión asesora de los 10 expertos educativos más importantes de la Argentina sin distinción partidaria y que juntos trabajemos para tener la mejor educación posible. Que juntos encontremos la manera de que los alumnos y los padres participen de una verdadera epopeya del conocimiento y que los salarios se discutan con tiempo y racionalidad. Es probable, maestros y maestras, que ustedes mismos tengan interés en recuperar el prestigio social que tuvo el maestro en nuestra sociedad. Recuperar el respeto. Y para eso, sin persecuciones ni caza de brujas, vamos a fomentar que cada uno cumpla con su rol específico, que nadie se aproveche de las licencias por enfermedad y que el aula vuelva a ser un templo del saber y de la transmisión de ese saber. De esa manera los jóvenes sentirán orgullo de ser maestros. Gracias, muchas gracias.”

¿Qué le pareció el sueño? ¿Qué le hace una cadena nacional más al tigre? El año pasado la presidenta utilizó 25 veces la cadena nacional, por un total de 10 horas y 22 minutos, un promedio de más de dos cadenas por mes pese a que su uso debe reservarse para situaciones graves o excepcionales.

Dicen que Albert Einstein dijo: “Si la educación les parece cara, prueben con la ignorancia”.

Tal vez soy demasiado ansioso y esto que soñé se va a convertir en realidad recién en los próximos días. Ojalá. Tal vez soy demasiado ingenuo y esto no se va a concretar nunca. Casi no hay antecedentes de un pedido de disculpas de la presidenta.
 
¿Se lo permitirá su altanería? Esa investidura presidencial que todos debemos cuidar no se manchará por reconocer un error. Todo lo contrario. Hablará de su grandeza. O tal vez el sueño seguirá siendo un sueño y se convertirá en una frustración más. En ese caso, por lo menos, tratemos de evitar las pesadillas.