Veinte treguas unilaterales, más allá de las multilaterales y de las bilaterales, son las que se concedieron los mandatarios del G20 en la cumbre realizada en Buenos Aires. Cada una de esas treguas deparó un alivio temporal de los sobresaltos domésticos, de los cuales ninguno se siente indemne. La tregua más mentada, la de Donald Trump y Xi Jinping en su guerra comercial, resultó ser el broche de una cumbre signada por asuntos delicados, como el proteccionismo, la migración y la pobreza, para los cuales también se estableció una tregua. Quizás hasta la próxima cita en Japón, en 2019, o la siguiente, en Arabia Saudita, en 2020.