"La trata de personas es un crimen contra la humanidad... Esto no puede continuar: es una grave violación de los derechos humanos de las víctimas y una afrenta a su dignidad, además de una derrota para la comunidad mundial", dijo en su enérgico discurso, el Papa Francisco.

"Es necesaria una toma de responsabilidad común y una voluntad política más fuerte para vencer en este frente", remarcó.

"Todas las personas de buena voluntad, sea que profesen una religión o que no lo hagan, no pueden permitir que estas mujeres, estos hombres, estos niños sean tratados como objetos, engañados, violados, a menudo vendidos y revendidos, con diferentes fines y, al final asesinados", agregó.

En ese marco, consideró "necesaria una toma de responsabilidad común y una voluntad política más fuerte para vencer en este frente", así como "responsabilidad hacia los que han caído víctimas de la trata para proteger sus derechos, y para garantizar la incolumidad de sus familiares, para evitar que los corruptos y los delincuentes eludan la justicia".