El papa Francisco nombró 19 nuevos cardenales de América Latina y el Caribe, Asia, África y América del Norte, entre ellos el argentino Mario Aurelio Poli, sucesor de Jorge Bergoglio en la arquideócesis de Buenos Aires, uno de Haití y otro de Burkina Faso.

El anuncio fue hecho al término del ángelus dominical desde la ventana del palacio apostólico ante los miles de peregrinos que asistían en la plaza de San Pedro.

De los designados, 16 tienen menos de 80 años, por lo que podrán participar en el cónclaves que en un futuro deberá elegir el sucesor de Francisco, la tarea más importante de los cardenales. De estos, doce son arzobispos a cargo de ciudades grandes y sólo cuatro trabajan en la Curia Romana, la administración central.

El papa argentino, que defiende una iglesia “pobre para los pobres”, designó a personalidades que provienen de comunidades olvidadas y "periféricas" como el mismo las define, entre ellos los arzobispos de Haití, Costa de Marfil y Burkina Faso.

Los nuevos purpurados latinoamericanos serán el nicaragüense Leopoldo José Brenes Solórzano, arzobispo de Managua, el brasileño Orani Joao Tempesta, arzobispo de Río de Janeiro, el argentino Mario Aurelio Poli, arzobispo de Buenos Aires, el chileno Ricardo Ezzati Andrello, arzobispo de Santiago de Chile y el haitiano Chibly Langlois, obispo de Les Cayes.