El 10 de octubre, un mes atrás, el ministro de Planificación, Julio De Vido, nos anunciaba que no habría problemas con el suministro de luz para el verano. Ayer 850 mil usuarios -casas, no personas- se quedaron sin luz.
Tres millones de personas.

Y aún hay 220 mil personas que están en las mismas condiciones. El apagón fue generalizado, y por causas aún desconocidas.

Según el ministro, en el momento en que se produjo el corte, las líneas de alta tensión no sesgaban recargadas, aún cuando se tocaba un pico histórico de demanda. Por esa razón, plantó la teoría del boicot.

De Vido ya había denunciado un boicot, con palabras muy parecidas, en el año 2004. También entonces había dicho que alguien bajó la palanca.

La denuncia, como un mal chiste, cayó en manos del juez Norberto Oyarbide. Y hablando de desatinos: después del corte, Mauricio Macri se acercó hasta el estadio de Ríver, donde tocaba Kiss.