Luego del desastre que dejaron las llamas y la escasez hídrica, esta región del país busca recomponerse, aunque las secuelas son muchas y desbastadoras, principalmente para las economías regionales que son motor de la productividad.  

Manfredo Seifert es productor agropecuario misionero y señaló " fue una sequía, que no tiene antecedentes en la provincia, que se sumó a la anterior, en la primavera del 2020, lo cual afecto severamente a todos los cultivos". 

Seifert detalló que en Yerba Mate afectó casi en la totalidad de las implantaciones nuevas que se realizaron, lo cuál representa una perdida de capital muy importante para el productor, de unos $400.000 por hectáreas" y agregó "las perdidas en las plantaciones que están en producción de entre 8 a 9 años, son de un 20 a 30% de plantas, lo cual representa para el productor una merma en ganancias, de entre 80 a 100 mil pesos menos" 

Para el cultivo de mandioca la afectación se da en el bajo rendimiento de almidón por hectáreas, y, con 3 meses de zafra, los datos arrojan una pérdida de 2.500 kg, lo cual representa para el productor una pérdida de $250.000 por ha, sumado a los severos problemas sanitarios que continúan afectando la productividad día a día. 

En la actividad forestal tanto de eucaliptus como de pinos, el productor cooperativista, describió "las nuevas plantaciones, del invierno pasado, son las más afectadas teniendo mortandad de plantas y en las plantaciones adultas, por la alta carga de biomasa que tienen, al faltar tanta agua, ese material se convirtió en mucho combustible que fueron muy riesgoso en todos los focos de incendios que se producían diariamente" 

Por último, el referente de Coninagro en esa provincia destacó " no podemos dejar de mencionar los miles de hectáreas de monte nativo, que fueron parques provinciales, y muy difíciles de controlar, lo cual causo un daño ambiental sin precedentes. Se estiman que fueron entre 15 a 20.000 hectáreas de selva nativa las que se quemaron". 

El productor misionero fue contundente en la síntesis "en este último ciclo productivo, las pérdidas de capital que ha sufrido el productor y todo el sector productivo de la provincia, son incalculables. Y con seguridad, esto va a tardar muchos años para recomponer y recuperarse económicamente.