Este viernes, una oleada de frío con temperaturas de hasta - 40°C barrió Estados Unidos, lo que ha provocado la cancelación de vuelo y cierre de rutas en gran parte del país. De igual manera, varios estados declararon estado de emergencia, entre ellos Nueva York, Oklahoma, Kentucky, Georgia y Carolina del Norte. 

"Más de 240 millones de personas (más del 70% de la población) están afectadas por alertas meteorológicas", anunció el Servicio Nacional de Meteorología (NWS) en su boletín de la madrugada del viernes. Asimismo, las autoridades advirtieron que las condiciones son muy peligrosas para las circulación.

El sitio especializado Flightaware contabilizaba más de 3.290 vuelos cancelados. Los aeropuertos más afectados eran los de Seattle (noroeste), Nueva York, Detroit, Chicago (norte) y Denver (centro).

Ya para el jueves, alrededor del 10% de los vuelos habían sido cancelados, dijo el secretario de Transporte, Pete Buttigieg, este viernes en MSNBC. "Varios de los centros aéreos más grandes se ven afectados", agregó.

Por su parte, el presidente Joe Biden instó a los estadounidenses a tomar la tormenta “con extrema seriedad”. "Animo a todos (...) a escuchar las advertencias a nivel local. Es serio".

Acerca de la tormenta

El fenómeno se extiende "desde la frontera canadiense hasta el Río Grande (en la frontera con México)", y desde la costa del Pacífico, en el noroeste, hasta la costa del Atlántico, en el este, señalan los meteorólogos estadounidenses.

Este sistema de baja presión provoca un fuerte choque entre una masa de aire muy frío proveniente del Ártico y otra tropical que llega desde el Golfo de México. Esto ha ocasionado una baja presión atmosférica, a menudo sinónimo de mal tiempo: su dinámica genera corrientes ascendentes que provocan nubes y precipitaciones.

Ya se han batido varios récords de frío: -53°C en el oeste de Canadá, -38°C en Minnesota, y más al sur, donde las temperaturas suelen ser más moderadas en esta época del año: -13°C en Dallas, -8°C en Houston.