Continúa el conflicto entre el Gobierno porteño y los metrodelegados que reclaman garantías de seguridad en las nuevas estaciones de la línea B.
Las negociaciones con los trabajadores pasaron a un cuarto intermedio hasta el viernes, luego de dos jornadas de reuniones infructuosas.

En tanto, recién desde las 8 de la mañana personal jerárquico se hizo cargo de las formaciones desde Los Incas hasta Rosas, como en los días anteriores.

Por Continental, Juan Pablo Piccardo, presidente de la empresa Subterráneos de Buenos Aires Sociedad del Estado, negó que haya inconvenientes con la comunicación entre los conductores y la base de control y les pidió a los trabajadores “que recapaciten”.

“Es falso que haya filtraciones diferentes a las que se advierten en el resto del sistema. Hay un trasfondo político en la queja y además los empleados se niegan a trabajar la cantidad de horas que les corresponden”, atribuyó Piccardo.

Con la extensión del recorrido a dos nuevas estaciones, los conductores de la línea B perderían 50 minutos de descanso y, por ello, pretenden que se les compute un viaje menos por turno.