El 29 de diciembre de 2017, los medios se poblaron de información sobre el homicidio de un joven, Fernando Pastorizzo, en la ciudad de Gualeguaychú, Entre Ríos, a manos de otra joven, de clase media acomodada, que con el arma de su padre, le disparó dos tiros y terminó con su vida.

La coartada de Nahir Galarza duró pocó, trató de simular que no había estado en el lugar, se deshizo del arma, pero no estaba bien planeado, las cámaras de seguridad la condenaron. 

Pero el homicidio tuvo un contexto de violencia entre los protagonistas que no puede obviarse. Rápidamente, para lo que son los juicios penal, un 3 de julio de 2018, Nahir fue condenada por el Tribunal Oral a prisión perpetua por homicidio agravado.

Su abogada todavía busca impugnar el juicio, que dice, se desarrolló "bajo el mandato del patriarcado y el machismo". Lo cierto es que era una relación violenta. En su última entrevista, Nahir dijo "si no hubiese sido Fernando hubiese sido yo".

La noticias Nahir se fue extinguiendo, su vida en la cárcel todavía deja alguna noticia noticia por ahí, pero la lucha de sus abogados puede generar novedades en no tanto tiempo, si es que consiguen la nulidad del juicio.