Para el senador mendocino Ernesto Sanz, hubo “mala praxis del Gobierno” en el conflicto de prefectos y gendarmes. Por Continental, consideró que los efectivos de esas fuerzas “jamás podrían atentar contra la democracia”, aunque admitió que habría que revisar “el método elegido” para manifestarse.

En Magdalena Tempranísimo, postuló que, “en el Ministerio de Seguridad, hay una suerte de doble comando o una interna que afecta el manejo de la relación con las fuerzas de seguridad”, en alusión a la ministra Nilda Garré y su segundo, Sergio Berni. “Lo primero que tiene que hacer el Gobierno es reconocer esta situación y luego también hacerse cargo de que en el ministerio de Seguridad hay una suerte de doble comando o una interna que afecta el manejo de la relación con las fuerzas de seguridad”, añadió.

Asimismo, consdieró “un error de los diputados de la oposición acompañar” el documento suscripto por ambas Cámaras en el que se insta a los miembros de las fuerzas de seguridad a “adecuar sus acciones a pautas de funcionamiento democrático y subordinación a las autoridades legalmente constituidas”.

Indicó que ayer “necesitábamos la presencia de la ministra (de Seguridad Nilda) Garré (en el Parlamento) para que nos explicara el fondo de la cuestión y después tomar una decisión. No quisieron traer a Garré pero querían que firmáramos una comunicación de rechazo a cualquier intento de afectación a las instituciones democráticas. Es una maniobra y nosotros en el Senado no nos prestamos, como corresponde”, se ufanó.

En otro orden, ratificó el apoyo a Leandro Despouy para que prosiga su tarea en la presidencia de la Auditoría General de la Nación.