Un equipo internacional de científicos, incluidos argentinos, eligió al paraje salteño de Alto Chorrillos para construir el avanzado y único observatorio en todo el mundo, QUBIC. El sitio fue inaugurado ayer, y se espera que sea capaz de dar una respuesta científica a las preguntas sobre el origen de todo lo que hoy conocemos. 

“La humanidad tiene preguntas sobre el origen del universo desde que tenemos memoria, y este es un muy valioso esfuerzo para buscar precisiones", aseguró para Infobae Alberto Etchegoyen, representante argentino del proyecto QUBIC y director del Instituto de Tecnologías en Detección y Astropartículas (ITeDA).

"La teoría del Big Bang afirma el paradigma de la inflación universal, y este paradigma plantea fuertes cambios gravitacionales en el origen del universo que necesariamente deberían haber polarizado el segmento del espectro electromagnético que conocemos como radiación de fondo. Si llegamos a encontrar esa radiación polarizada de hace 13.800 millones de años, podríamos estar frente a la evidencia que pruebe la teoría del Big Bang y con esa certeza abrir nuevas preguntas sobre nuestro universo. Y este instrumento es la clave para ello ya que tiene la singularidad de combinar la bolometría con la inferometría en un solo telescopio, que buscará identificar lo que se conoce como radiación de fondo polarizada”, informó Etchegoyen. 

La astrofísica italiana Silvia Masi afirmó que “la inauguración de este observatorio es apenas el inicio, porque la colaboración internacional pocas veces vista como la que hay detrás de esta iniciativa augura muchos éxitos por delante”. (Créditos: Infobae)
La astrofísica italiana Silvia Masi afirmó que “la inauguración de este observatorio es apenas el inicio, porque la colaboración internacional pocas veces vista como la que hay detrás de esta iniciativa augura muchos éxitos por delante”. (Créditos: Infobae)

Es así como el Proyecto QUBIC (Q-U Bolometric Interferometer for Cosmology o bien Q-UInterferómetro Bolométrico para Cosmología) intenta encontrar por primera vez en la radiación de fondo cósmico, con la ayuda de seis aparatos detectores, el rastro de las ondas gravitacionales primordiales que tuvieron lugar luego de la primera explosión del universo.

Según precisó Etchegoyen, con esta investigación se buscan las dos formas de polarización del campo eléctrico de la radiación del fondo cósmico (CMB, por Cosmic Microwave Background), que es un remanente fósil del origen del Universo y que podría servir como indicador de la existencia de ondas gravitacionales primordiales generadas en las primeras etapas del Big Bang. El fondo cósmico de microondas es la radiación remanente, reliquia del origen del Universo, que quedó a partir del desacoplamiento de los fotones de la materia que tuvo lugar durante el Universo temprano, unos 380.000 años después del Big Bang. 

Alto Chorrillos, cerca de San Antonio de los Cobres en Salta, fue elegido debido a que la instalación de los módulos debe realizarse en un sitio con una altitud donde la atmósfera sea extremadamente seca y limpia. De esta manera se optimiza la detección de la débil señal producida por esta polarización por sobre el ruido natural. 

“Se trata de la última tecnología y más avanzada que existe en el mundo. Son sensores criogénicos que reciben la señal cósmica, la cual produce un cambio en la temperatura del mismo. Al no existir ruido electrónico ni ninguna otra interferencia, es posible medir con mayor precisión la onda recibida”, agregó Etchegoyen.

La montura del telescopio le permite moverse sobre los tres ejes para realizar el registro de datos de un determinado sector del cielo. (Créditos: Infobae)
La montura del telescopio le permite moverse sobre los tres ejes para realizar el registro de datos de un determinado sector del cielo. (Créditos: Infobae)

El instrumento cuesta aproximadamente 4 millones de euros, y fue construido en París, Francia. Asimismo, fue desarrollado por equipos científicos de Italia, Francia y el Reino Unido, entre otros países, y ensamblado por investigadores de la regional Noroeste de la Comisión Nacional de Energía Atómica (CNEA) en la ciudad de Salta. Luego, fue instalado en el observatorio para lograr identificar “modos B”, un tipo de señales que se habrían generado en el mismo momento de la creación del universo.