Todo sucedió en la turística ciudad de Puerto Iguazú. Allí un hombre invitó a cenar a su amigo y la novia del mismo. En un determinado momento, después de haber ingerido alcohol en cantidades, el dueño de casa se paró, y apuñaló a su amigo hasta la muerte. Luego de ello, se abalanzó sobre su novia, la dominó y comenzó a violarla.

El homicida y su amigo ya habían estado discutiendo, justamente porque el dueño de casa se había propasado verbal y físicamente con su mujer. 

Luego de producido el homicidio, el criminal subió la música para que los vecinos no escuchasen los gritos de víctima, mientras la sometía reiteradamente. Luego de ello, pasada ya toda la noche en su vil actividad, se dirigió a enterrar el cuerpo del asesinado en un pozo en el fondo de su casa, momento que aprovechó la mujer para correr hacia la medianera y pedir auxilio a los vecinos, lo que derivo en la detención del sujeto.