Por espectacularidad, lógicamente la extraordinaria volada de Tute Moroni para salvar el ingoal frente a la palomita de Louis Rees-Zammit ya se instaló en la galería de las grandes imágenes del deportes argentino, pero antes y después de ese instante clave, en el estadio Velodrome de Marsella, Los Pumas mostraron sus garras. Al final, fue victoria 29 a 17 frente a Gales, por los cuartos de final del Mundial de rugby y el pase -por tercera vez en la historia- a las semifinales del torneo. El próximo viernes, a las 16, el rival serán los All Blacks.

El partido ante Gales había comenzado con buenas señales y movimientos precisos del seleccionado argentino, pero a los pocos minutos se encontró 0-10, casi sin merecerlo. A partir de ahí comenzó un operativo ordenado, preciso, pero sobre todo paciente, para dar vuelta la historia. Facundo Isa marcaba el camino con potencia y Emiliano Bofelli aportaba su puntería para ir sumando de a tres en cada ocasión que tuvo. Así, en los primeros minutos de la segunda parte Los Pumas pudieron ponerse 12 a 10 arriba.

Hasta que en los últimos veinte minutos del partido el partido se convirtió en un palo a palo. Y en ese momento, se impuso el corazón argentino. Por la convicción para defender en la jugada con la que Moroni asombró al mundo del rugby y para atacar en la intercepción de Nico Sánchez que terminó con el último try del partido. 

En definitiva, más allá de las dudas que había generado el rendimiento del equipo hasta esta instancia del Mundial, Los Pumas mostraron su mejor cara y se aseguraron su lugar entre los cuatro mejores del campeonato.