Los cultores del llamado "fútbol champagne", están de luto. Los que abrazan la lateralización y la tenencia anodina, el caño improductivo, el constante pase atrás, el salir jugando aunque los defensores se hagan un nudo con la pelota, miran para otro lado.

Los que entienden el deporte como la eficiencia, el juego productivo e inteligente, la búsqueda estratégica de los puntos necesarios para alcanzar la victoria definitiva, la consagración, aplauden de pie.

El Atlético de Madrid del Cholo Simeone, acaba de consagrarse campeón de La Liga de España, ganándole de visitante 2 a 1 al Valladolid, con dos puntos de diferencia sobre su inmediato perseguidor, el Real Madrid que ganó raspando, sobre el final al Villareal 2 a 1. 

Al campeón le costó el inicio del partido, debía ganar para asegurarse el campeonato, y el peso del partido de visitante no fue fácil. Además, Valladolid le entregó la pelota para salir de contra y le bloqueó los ingresos a su área. Y así fue como, justo al Cholo lo agarraron de contra.

A los 18 escapó Plano con todo el campo libre y definió abajo, con categoría, ante la salida de Oblak. 

Pero solo un minuto después había novedades en el Santiago Bernabeu, donde extrañamente hacía mucho mas frío que en el resto de España. Debería haber una explicación física o médica, pero justo en ese lugar estaba mas fresco y ese frío se alojaba todo, en el pecho de los jugadores de blanco. Dijimos novedades porque a los 19 minutos Villareal se puso 1 a 0 con gol de Yeremi Pino después de una desinteligencia defensiva Merengue.

El Real empezó a ir, pero era un barullo, no sabía como. De tanto empujar, a los 23 se metió en el área, la pelota le pegó en la mano a Dani Parejo y debió ser penal para el Madrid, no cobrado.

Mientras tanto en cancha del Valladolid, el local aguantaba y el Colchonero no sabía como. A los 26 vía córner, cabeceó Josema apenas afuera, y a los 31 Luis Suárez quedo mano a mano y salvó el arquero. Del córner de esa jugada, Felipe cabeceó apenas afuera. 

En el Bernabeu, mientras tanto, Modric apilaba a un par en el área a los 34, y la tiraba afuera, y a los 45 córner desde la izquierda ejecutado por Modric, Casemiro cabeceó al medio y contuvo al arquero argentino Rulli.

Ya en el segundo tiempo, apenas iniciado, vino un centro que impactó el mejor jugador Merengue, Karim Benzema, quien convirtió pero unos centímetros en posición adelantada y fue anulado.

Pero, a los 11 en Valladolid, un pibe de barrio cambió el partido. El argentino Angelito Correa, la pisó en la puerta del área, eludió a dos jugadores y cuando le salía el central, le metió un puntinazo y empató el partido. El Aleti acariciaba el campeonato.

El partido siguió planteado igual, porque el Colchonero debía ganar para hacerse del torneo sin depender de nadie, y en una contra, Olaza le pegó fuerte y Oblak respondió una vez más.

En el Barnabeu, a los 20, el arquero del Villareal, Rulli, se equivocó en la salida, se la entregó a Benzema, que engancho y la tiró apenas afuera. El Madrid seguía perdiendo, y el Aleti, a los 21 se encontró con un mal control del Valladolid en la mitad de cancha y la pescó Suárez, con toda la cancha para encarar al arquero y ponerse 2 a 1 arriba.

De inmediato, el gran Cholo, armó línea de 5. 5-4-1 en realidad, puso un bondi en el arco, por las dudas, para asegurar el campeonato, como debe ser. ¿Y que pasó? Lo lógico, no pasó nada mas, como debe ser.

En el Bernabeu, sabiendo que el Aleti estaba ganando, volvió una ráfaga de calor. A los 41 Benzema hizo un hermoso gol y empató el partido y a los 91, otra vez Benzema desbordó por izquierda, se metió en el área y se la entregó a Modric para que selle una victoria que no mereció.

Ganó el futbol, ganó el Aleti, ganó el Cholo.