El uruguayo Luis Suáres se fue despedido del Barcelona. Cuando llegó el neerlandés Ronald Koeman con el discurso de "limpiar" a la vieja guardia, sólo limpió un par: Luis Suárez, Rakitic y alguno más. Se quedarón Piqué, Bousquets, Jordi Alba, el propio Leo Messi. Parecía que el uruguayo era el culpable del desastrozo presente el club Culé.

Pero la cosa no terminó bien para quienes tomaron la decisión. El Barcelona hizo una campaña mediocre, de bajo vuelo, ni siquiera pudo mantener la persecusión del Aleti en el último tramo, perdiendo dos partidos que no se podían perder.

Y Suárez, se hizo vital para el Colchonero. Empezó como suplente, porque, recién despedido del Barcelona, anduvo sin club y sin entrenar hasta que empezó el campeonato. Pero ni bien empezó a entrar desde el banco mostró quien es.

Y al poco tiempo se ganó el lugar entre los 11. Terminó campeón, ídolo, y goleador de su equipo con 21 tantos y 3 asistencias. Con este título, Suárez alcanza cinco campeonatos sobre siete ligas jugadas en España, un récord extraordinario. Madrileños felices, blaugranas pensativos, algo tendrá que cambiar por Barcelona.