Los acontecimientos mundiales dispararon los niveles de inflación en servicios de energía y en alimentos sobre todo en América Latina en un 8,4% en junio, según la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal) y representa el nivel más alto desde el 2005.

El aumento del costo de vida se debió al aumento del valor del combustible, la volatilidad cambiaria y el post covid-19 en la economía local, por lo que los gobiernos debieron hacer circular una mayor cantidad de dinero del que estaba disponible antes de la pandemia.

Panamá lidera la lista del país con la inflación más baja con un 1,7% en octubre , a pesar de que es un país acostumbrado a tener niveles bajos en junio alcanzó un 5%, “un aumento gigantesco para Panamá”, dice Felipe Argote, profesor de la macroeconomía de la Universidad Interamericana en un diálogo con BBC Mundo.

La economía de ese país es dolarizada, lo que favorece los bajos niveles de inflación a diferencia de otros países de la región. Lo mismo sucede con Bolivia, que se posiciona segundo entre los países con un costo de vida bajo, con 2,9% anual. Este fenómeno de debe a la inyección de dólares de la reserva al mercado y la explotación de los certificados de exportación que se aplican a los productos que se venden en el exterior.

El informe no incluye los países que tienen una “Inflación Crónica”, como Argentina, Venezuela, Cuba, Haití y Surinam, que lideran el ranking de mayor inflación.

En primer lugar aparece Venezuela con 146% anual, seguido de Argentina con 87,8% y en tercer lugar se encuentra Cuba con 34,2%. Estos son países que sufren las consecuencias de un alto costo de vida por muchos años y a raíz de eventos mundiales como el de la guerra de Ucrania, la ola inflacionaria creció por demás en 2022.

"La inflación en 2023 será menor que en 2022, pero no tan baja como antes de la pandemia", le dijo a BBC Mundo José Manuel Salazar-Xirinachs, secretario ejecutivo de la Cepal. Las proyecciones aplican también a Europa, aunque tienen un panorama más sombrío por la dependencia de importaciones energéticas de Rusia.

Los beneficios del descenso de la inflación estimado para el año entrante incluyen un freno en las tasas de interés, que perjudicaron la solicitud de préstamos a hogares y empresas en 2022.

Para los economistas, el descenso del costo de vida viene acompañada de un bajo crecimiento latinoamericano, estimado en 1,3%. Esta cifra representa una posibilidad de mayor desempleo en la región, provocando una recesión cada vez más cercana.