La posición del gobierno frente a una cuestión tan delicada como las imágenes de la docente adoctrinadora que inquiría a sus alumnos adolescentes a los gritos, no termina de estar clara.

Mientras al presidente Alberto Fernández le pareció "un debate formidable" y repartió halagos a la docente vociferante, el ministro de Educación, su especialista designado para regir la materia, le dijo hoy a Continental que "ya ha sido sumariada y se tomaron las previsiones para que no vuelvan a pasar estas cosas. Cuando ocurren este tipo de cuestiones hay que tomar acciones rápidas. Porque para nosotros es fundamental que en todos los establecimientos educativos haya respeto y no haya espacio para la imposición de ideas". (Escuchá la entrevista completa).

No es la primera vez que la diferencia de pensamiento entre el presidente y quien él mismo colocó como responsable de la Educación es tan enorme. Un día antes de que se emitiera el DNU para cerrar las clases presenciales en el último confinamiento, Trotta había hecho saber que que las aulas no eran un foco de contagio y distribuía gráficos elaborados por su dependencia que lo probaban.

Al día siguiente, sin hablar con su ministro Fernández decidió cerrar las aulas, lo que generó una profunda crisis entre ellos.

Ahora vuelve a haber una diferencia notable en un tema muy sensible, que impide saber cual es la real posición del gobierno.