Tradicionalmente la distribución de la presidencia de la comisiones en el Senado de la Nación, se realizaba de acuerdo a la cantidad de miembros de cada bloque, de modo proporcional. Si esto se hiciese así, con la nueva conformación producto de las elecciones de noviembre, casi la mitad, quedaría en manos de la oposición.

Pero, siguiendo el lineamiento bajado por la presidenta del cuerpo, Cristina Kirchner, el oficialismo está amenazando con quedarse con todas las presidencias. En realidad, el reglamento no habla de la distribución proporcional de las presidencias, sino de la composición proporcional de las comisiones.

Con ese criterio interpretado de manera literal, si se respeta esa proporcionalidad en la cantidad de miembros, el oficialismo tendría uno más en cada una y estaría en condiciones de imponer al presidente de cada una de ellas.

No es, está claro, la tradición parlamentaria. Pero no parece ilegal a tenor del reglamento. Muchos creen que en realidad, Cristina está tratando de bajar la expectativa de la oposición, para conformarla luego con una pocas presidencias de comsiones de poca relevancia.

El bloque de Juntos amenaza con judicializar la decisión si esto ocurre, pero fuentes de la Corte dicen que el alto cuerpo no intervendría en la cuestión, porque implicaría una intromisión en facultades de otro poder del Estado.