“Para continuar en esta estúpida senda, debo cantar que muy cansado estoy”, decía un joven Ricardo Iorio en “Luchando por el metal”, del año 1983, en un marco social de extrema violencia y crisis económica, mientras transcurría el último año de la Dictadura militar y asomaba el regreso a una democracia que está cumpliendo cuarenta años ininterrumpidos.

Con títulos como “Muy cansado estoy”, “Destrucción” y “Parcas Sangrientas”, aquel disco se convertiría en una de las bases del metal argentino, que según Beto Zamarbide (vocalista de V8) formaba parte de un universo paralelo, en el que ellos se sentían al no formar parte de la escena.

Sus primeros shows fueron en lugares con equipos prestados por otros músicos y de manera tan clandestina como casera, iban buscando lugares en donde tocar sin ser perseguidos por la policía. Con una vestimenta muy particular y creada con sus propias manos, Iorio usaba (contado por él mismo) las tachas de bronce y las cruces del cementerio de Chacarita, para aplicárselas a su ropa, lo que muchas veces lo llevaba a tener encontronazos legales por averiguación de antecedentes.

En 1982, por decisión del propio Ricardo, V8 se baja del famoso Festival de la Solidaridad Latinoamericana, impulsado por la Junta Militar, junto con Los Violadores (banda del fallecido Pil Trafa) y Virus, liderada por Federico Moura. Este hecho, junto con el show en el estadio de Obras Sanitarias, sucedido unos meses después, fueron los que consagrarían la formación de un mito, las bases de la banda como pilar del metal nacional, a pesar de que el show terminó con varios de sus integrantes detenidos.

En 1988, después de la separación de V8 por diferencias religiosas, nace Hermética.

Con Claudio O´Connor en voz, Antonio Romano en guitarra, Fabián Spataro en batería, que sería reemplazado finalmente por Pato Strunz y Ricardo en bajo. En 1989 graban el primer disco, titulado “Hérmetica”, que incluye canciones como “Cráneo Candente”, “Tú eres su seguridad” y “Desde el Oeste”.

“Busco comprender, pero no me deja ver… Por la burocracia de su historia… Donde nadie ve, y pocos temen perder… El hilo de su conmoción idiota hoy”, relataba Iorio de una forma muy oscura, como vivía su momento, observando las actitudes individualistas de la sociedad y su propia historia.

Una de las curiosidades de la historia de Hermética es que habiendo intentado saltar al mercado internacional, le propusieron a la banda regrabar todo un disco en inglés, pero los intentos fueron fallidos, ya que, por desconocer el idioma, a O´Connor las traducciones se les hicieron muy difíciles. Apadrinados por Pappo, saltaron de tocar en distintos galpones de la ciudad para telonear a grandes del metal en diferentes escenarios.

En 1995 nace Almafuerte, banda que termina de forjar su esencia como compositor y cantante. Con un repertorio más suave que las anteriores bandas, pero sin perder su contenido social, dejó canciones como “Toro y Pampa”, “Sé Vos” y “Niño Jefe”. Terminó por disolverse en 2017, luego de muchos escenarios y producción de discos.

Iorio estaba viviendo en el campo, cerca de Coronel Suárez, pero nunca dejó la música. Grabó tangos y milongas y siempre hacía mención a diferentes artistas del folklore nacional, y hasta hace poco se encontraba en medio de su gira “Unas estrofas más – Gira Federal 2023”, con un último concierto en la ciudad de Rosario.

Polémico, siempre irreverente, en sus últimos años con apariciones mediáticas y dejando bastante de que hablar, Ricardo dejó en claro que llegó para hacer historia y sentó bases para los que vinieron a seguir sus pasos, hoy dejando a la escena del metal y a su público con un sentimiento de abandono incomparable.