Una encuesta recientemente publicada por una comunidad empresarial china en los Estados Unidos, presentó una imagen deprimente de las empresas chinas que operan en ese país, dado que los empresarios están cada vez más preocupados por cómo navegar a través de aguas desconocidas en medio de relaciones bilaterales deterioradas entre las dos economías más grandes del mundo y lo que entienden es "una creciente retórica anti-China".

Con Washington intensificando sus esfuerzos para tomar medidas enérgicas contra Pekín, las crecientes incertidumbres han llevado a algunas empresas chinas a considerar reducir y detener la inversión en los Estados Unidos, o incluso, cambiar a otros mercados como resultado de "una tendencia de disociación" que, según los observadores de la industria, podría pesar en la economía norteamericana.

El 74 por ciento de las empresas chinas dijeron que las complejas relaciones entre China y Estados Unidos generan desafíos complejos para hacer negocios en ese país.

La medida, de concretarse, podría generar un grave daño en la economía norteamericana, especialmente en materia de empleo, dado que miles de estadounidenses trabajan en su país, pero en empresas de esa nacionalidad.

La encuesta revela además, que el 43 por ciento de las empresas chinas informaron que los conflictos culturales, incluidos el sentimiento anti-Asia / China y los estilos de gestión de operaciones, se están convirtiendo en su segunda mayor preocupación en 2020. En 2019, antes de que Estados Unidos promocionara el problema del origen del coronavirus , la proporción solo se situó en el 28 por ciento.