En América Latina el número de personas más ricas aumentó 41% y el patrimonio combinado del selecto club se disparó 69%. El cálculo proviene de un análisis hecho por el Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo, PNUD, comparando marzo de 2020 con mayo de este año, según datos publicados por Forbes. Aunque los patrimonios varían constantemente según se mueven los mercados, el fenómeno refleja una tendencia. 

Entre los nuevos 31 multimillonarios latinoamericanos que surgieron durante la pandemia, justo en medio de una de las peores crisis económicas de las últimas décadas, hay nombres como Beatriz Dávila de Santo Domingo (Colombia), David Vélez (Colombia), Guilherme Benchimol (Brasil) o André Street (Brasil).

Y algunos de los que retornaron a la lista de Forbes son Eduardo Eurnekian (Argentina), Fernando Chico Pardo (México), David Peñaloza (México), Horst Paulmann (Chile), Luis Enrique Yarur Rey (Chile), Vito Rodríguez (Perú) o Eduardo Hochschild (Perú).

Una de las razones es que, a pesar del desastre económico, Wall Street ha estado de fiesta marcando máximos históricos. Y como las personas con gigantescas fortunas invierten gran parte de su capital en las bolsas, su patrimonio se ha disparado.

En pocas palabras, tanto en Latinoamérica como en el resto del mundo, los pobres se hicieron más pobres y los ricos se hicieron más ricos.

Para explicar la desconexión entre Wall Street y la calle, economistas como Kenneth Rogoff, profesor de la Universidad de Harvard, han planteado que a nivel global esta crisis golpeó duramente a las personas de menores ingresos y los negocios de menor tamaño.

"No afecta tanto a las ganancias de las empresas. Es solo el 20% inferior de la población el que realmente sufre y eso no afecta a la bolsa. Es cruel, pero esa es la lógica de los mercados", apuntó Rogoff.