El presidente de Ecuador, Rafael Correa, defendió ayer al gobierno iraní de Mahmoud Ahmadinejad y comparó el atentado contra la AMIA, el más cruento en la historia argentina, con los bombardeos en Libia.

"Conozco ese caso. Es muy doloroso para la historia argentina, pero vea cuántos murieron en el bombardeo de la OTAN a Libia. Comparemos las cosas y veamos dónde están los verdaderos peligros; no debemos manipular", respondió el mandatario, ante una consulta por la responsabilidad iraní en la voladura de la mutual judía en 1994.

Su frase dejó incómoda y sin reacción a la Casa Rosada, justo en momentos en los que la presidenta Cristina Fernández negocia con Ahmadinejad la entrega de los acusados por el brutal atentado.

El jefe de Estado ecuatoriano quiso agregar más argumentos en su cerrada defensa del presidente iraní. "Irán es una de las pocas democracias al menos formales", dijo Correa. Cuando enseguida fue advertido de que el régimen de Ahmadinejad se negaba a extraditar a los acusados por la Justicia argentina por el atentado a la AMIA, dijo sentir dolor por el caso, pero lo comparó con los bombardeos a Libia.

La frase despertó la automática reacción de la comunidad judía en la Argentina. El presidente de la AMIA, Guillermo Borger, sostuvo que las palabras del presidente ecuatoriano fueron "una absoluta ironía que está fuera de cualquier contexto".

Por Continental, Luis Czyzewski, miembro de Familiares y Amigos de las Víctimas del Atentado a la AMIA, cuya hija Paola murió durante el atentado, fustigó al presidente ecuatoriano por minimizar una matanza, independientemente de su magnitud. En Magdalena Tempranísimo, confesó que siente "una mezcla de tristeza e indignación" por las palabras de Correa y reclamó "que nuestro país tenga una respuesta a esto y no quede todo en una información periodística".