Tuvo un lapso de ilusión, donde fue el equipo que todos sus hinchas esperan ver. Pero fueron solo 10 minutos en el segundo tiempo y con el resultado ya en contra. San Lorenzo la pasó mal con Santos y perdió 3 a 1 en el Nuevo Gasómetro. Lucas Braga, Marinhi y Angelo convirtieron para los brasileños y Ángel Romero descontó para el local.

El Ciclón intentó asumir el protagonismo en los primeros minutos. Tomó la pelota y trató de posicionarse en campo rival, pero se encontró con un rival que rápidamente mostró sus cartas. Transiciones veloces, ataques directos e individualidades con mucho desnivel.

Santos no tardó demasiado en transformar las insinuaciones en acciones concretas. A los 7 del primer tiempo, Lucas Braga se lanzó en velocidad, enganchó de izquierda a derecha con una “bicicleta” de por medio y remató certero al segundo palo para anotar el primer gol del partido. La tenencia de pelota del equipo de Boedo eran mucho menos dañina que las veloces transiciones del conjunto brasileño.

Los arranques del autor del tanto, Braga, comenzaron a resultar imparables para la defensa local. Solamente con cambiar el ritmo dejaba en el camino a uno o dos jugadores del conjunto azulgrana. Lentamente, además, Santos empezó a compartir la tenencia de la pelota y el dominio se hizo repartido.

Los dos parecían generar más daño con menos hombres en ataque y siendo más directos, que con paciencia y elaboración lenta. El conjunto de Diego Dabove mostró capacidad para crear algunas acciones colectivas muy veloces, aunque esporádicas, que estuvieron cerca de terminar en gol.

Sobre el final del primer tiempo, el conjunto paulista volvió a meter una estocada clave. Gabriel Pirani metió una pelota bárbara para Marcos Leonardo que llegó con lo justo, la punteó y José Devecchi se lo llevó puesto. Marinho ejecutó con violencia sobre el palo derecho del arquero y marcó el segundo en un momento determinante.

En la segunda mitad, el equipo argentino fue mucho más profundo con la pelota y empezó a volcar el juego a su favor. Santos nunca dejó de resultar una amenaza en ataque, pero en defensa mostró debilidades y tuvo un lapso en el que las aprovechó.

A los 25 Nicolás “Uvita” Fernández, que entró muy bien, desbordó por derecha, sector por el que faltaba Felipe Jonatan, que estaba siendo atendido afuera, y metió un centro envenenado. Ángel Romero recibió a la espalda de Pará, disparó con violencia y venció la resistencia de Joao Paulo.

Desde entonces el equipo de Boedo fue con furia y amor propio y tuvo su mejor momento en el partido. Con Óscar Romero como conductor tuvo un par de chances clarísimas de empatar, primero con un cabezazo de Fernández, y luego con un remate de afuera del propio Óscar.

En el segundo tiempo, los mellizos paraguayos tuvieron su mejor actuación en conjunto en San Lorenzo y levantaron al equipo. Pero los riesgos en el fondo eran muy altos y el equipo argentino sufrió la falta de eficacia propia y la alta efectividad rival. En un contraataque muy desequilibrado en cantidad de hombres, propio de las circunstancias de partido, el equipo de Brasil consiguió un tanto que puede ser decisivo. Yeferson Soteldo condujo, Madson definió y, tras una respuesta insegura del arquero Devecchi, que la dejó corta, Angelo convirtió un gol clave en la serie. San Lorenzo tiene un panorama complicado.

No solo por el resultado que fue contundente, sino porque se encontró con un rival que por momentos desplegó un fútbol muy superior y que cuenta con individualidades muy difíciles de detener. De todos modos, tendrá la chance de concretar una hazaña el martes 13 de abril en Brasilia.