La Asociación Argentina de Motovehículos (MOTTOS) se declaró hoy en estado de "emergencia nacional", ante una caída del 20% del mercado en febrero, y le solicitó al gobierno la implementación de un acuerdo de precios.

Según señaló el presidente de Mottos, Marcel Dinitz, "el sector está en condiciones de soportar nada más que 60 días estas condiciones", y acusó a los bancos de elevar la tasa de interés para la venta financiada al 100% anual.

El empresario planteó un pedido ante la ministra de Industria, Débora Giorgi, para poner en marcha "un acuerdo de precios y financiación y demás costos sobre determinados modelos de motos".

El sector está integrado por unas 600 concesionarias, que emplean unos 8.500 trabajadores en forma directa, con un parque de 5 millones de unidades y ventas anuales por 750 mil vehículos.

En febrero pasado registró una abrupta caída del 27 por ciento de los patentamientos, con un promedio diario de baja del 38 por ciento respecto de igual mes del año pasado.

Según explicó Dinitz, la baja se debe a que desapareció del mercado la parte de la venta que se hace al contado y porque al mismo tiempo se cayó el financiamiento bancario, que elevó las tasas a un año al 100 por ciento.

"El comprador de una moto no se fija en el precio final sino en si puede paga la cuota. Ahora las cuotas son imposibles de pagar. Una moto que vale 12 mil pesos termina costando 24.000 pesos mas gastos en un año", advirtió el concesionario.

Al pedir un acuerdo de precios, Ninitz reclamó que "se vea cilindrada por cilindrada y trabajemos en forma conjunta, de manera inteligente" de forma de "proteger a los concesionarios y la fuente de trabajo".

Al dimensionar la gravedad de la situación, el empresario consideró que "si no hacemos nada ahora se va a abortar el proceso de industrialización de la moto nacional".

Datos de Mottos indican que 8,2 de cada 10 vehículos vendidos en el mercado local es importado, mientras que el resto tiene un nivel de integración nacional de apenas el 20 por ciento.

Por otro lado, los concesionarios oficiales reclaman una "regularización" del mercado, ya que según sus cálculos, el 25 por ciento de las motos que se venden en el país se hacen por otros canales, como los supermercados.

Consideran que las grandes cadenas de ventas minoristas tienen capacidad para otorga financiamiento prolongado con tarjetas de crédito con el que no viable competir.

Pero además de ello, sostienen que cuando las personas que adquieren motos fuera del canal oficia tienen problemas, hacen valer las garantías en los agentes oficiales de las terminales.

Frente a ello, Dinitz indicó que por reducción de costos las firmas se van a ver obligadas a "cerrar los talleres con lo cual 5 millones de motos se van a quedar sin repuestos y servicios de post venta".