Militantes jóvenes y no tanto; formaciones murgueras y de percusionistas; columnas embanderadas de azul, blanco, rojo, verde, negro y wipala multicolor, formaron un tapiz humano estruendoso, de rostro conmovido y conciencia histórica, en la Plaza de Mayo al conmemorarse un nuevo aniversario del golpe de estado de 1976.

Apenas inciado el horario de la convocatoria, ya se percibía que la de hoy se encaminaba a convertirse en una de las más participativas movilizaciones de la conmemoración del último arrebato al sistema democrático.

Con más gente encolumnada en una inmensa variedad de formaciones políticas y heterogeneidad de edades que la concurrencia de ciudadanos no organizados, la asistencia ingresó a la histórica Plaza por las diagonales Norte y Sur.

También ingresó gente por el corralito alambrado en que, por una carrera automovilística, el gobierno porteño transformó por estos días a la Avenida de Mayo.

Entre las comunas que llegaron hasta la Plaza se destacaron las banderas de La Cámpora, Kolina, Corriente Nacional y Popular, Partido Comunista, el Gremio de Trabajadores de Pami, la Agrupación H.I.J.O.S y la JP La Matanza, entre otros.

Las banderas argentinas también se destacaron por sobre las demás por su masividad, en tanto que los fuegos artificiales ganaban el cielo y jóvenes estudiantes secundarios decían a viva voz que esta era su primera asistencia a una marcha a Plaza de Mayo para repudiar el golpe.

Una nota diferente dieron artistas plásticos de Nuevo Encuentro que realizaron una función de títeres en la que representaban a una Madre de Plaza de Mayo, al dictador Jorge Rafael Videla y a un bebe que decía ser el número 106.