La muerte de Winer, el oso polar que residía en el zoológico porteño, genera debate sobre si debe avalarse un centro de animales en cautiverio en medio de la ciudad.

“Soy de los que creo que no tiene que haber zoológicos; el tema es fijarse un proyecto. En la actualidad, en todo el mundo, se están reconvirtiendo en sociedades científicas”, señaló Adrián Camps, legislador porteño, de Proyecto Sur.

“Según argumentan las autoridades, el oso murió por las elevadas temperaturas, porque tenía un temperamento nervioso y por los fuegos artificiales…el calor es propio de una ciudad ubicada en una zona subtropical; la pirotecnia es característica de Buenos Aires”, remarcó.

Campos precisó que el animal tenía 13 años “y era considerado un ejemplar joven”.