Boca dio el último paso que le faltaba para alcanzar una nueva final de la Copa Libertadores al derrotar en la definición por penales a Palmeiras, en San Pablo. El 4 de noviembre, el conjunto que dirige Jorge Almirón estará en el Maracaná para enfrentar a Fluminense para disputar el partido decisivo y tratar de quedarse con su séptima Libertadores. 

En la serie de penales, Boca empezó con dudas, porque el arquero Weverton le contuvo el primer remate a Edinson Cavani. Sin embargo, Sergio Romero mantuvo todo en cero al atajar el disparo de Raphael Veiga. Bruno Valdez enderezó el destino al convertir el suyo y enseguida el arquero de Boca atajó el segundo, a Gustavo Gómez. A partir de ahí, con la ventaja, las definiciones de Valentini, Figal y Pol Fernández sellaron el pase a la final del torneo.

Antes, durante el partido, que terminó 1 a 1 por los goles de los uruguayos Cavani y Joaquín Piquerez, los equipos se habían repartido el dominio del juego. En la primera parte, Boca fue sólido y sacó ventaja con una corrida de Merentiel que terminó con un pase preciso para la definición del número 10 xeneize. 

En el segundo tiempo, Palmeiras encerró a Boca por la obligación de empatar. Sin embargo, los brasileños chocaron contra Chiquito Romero, que estaba en otra noche inspirada. Solo un bombazo de Piquerez logró batir al arquero, cuando quedaban quince minutos de partido. 

El local siguió intentando, Romero siguió mostrándose muy firme, y llegó la definición por penales, la tercera para Boca. Así dejó en el camino a Nacional, en octavos de final; a Racing, en cuartos, y a Palmeiras, en la semifinal.