El jefe de Gabinete insistió por Continental en que el manejo de los fondos en los negocios de empresarios argentinos en Venezuela “siempre estuvo en manos del Gobierno venezolano”.

Sobre la declaración del diplomático Sadous en el Congreso, recalcó que “la reunión ha sido secreta, no debió haber transcendido nada. Lo que conocemos es que Argentina le ha vendido a Venezuela productos y tecnología. En un momento llegó a haber setenta y ocho técnicos del INTA.
El BICE iba a llevar esto adelante. Después terminó siendo un fideicomiso venezolano. El manejo de los fondos siempre estuvo en manos del Gobierno venezolano”, enfatizó Aníbal Fernández.

“El otro tema en esta discusión es la presencia de traders, que son los mismos que utiliza Brasil. Todo lo que está exhibiéndose es un enorme verso de Magnetto y el Grupo Clarín. Todo esto lo estudian con Focus Group”, acusó en La Mañana.

“La Serenísima sólo pudo entrar per se, todos los demás tuvieron que entrar por traders. Es un esquema muy particular y beneficioso para nuestro país”, destacó.

“Todos los productos pasaron por nuestra Cancillería. Mal se puede hablar de embajada paralela. En ningún momento hubo un movimiento que no pasar por Cancillería”, añadió.

Fernández se refirió también al proyecto opositor para llevar otra vez la jubilación al 82 por ciento móvil, como en las épocas de Alfonsín.

“Lo pudo exhibir Diego Bossio cuando estuvo en el Senado. Por un lado (los partidos opositores) dicen cómo sacar el 82 por ciento móvil. Por otro lado, las provincias le quieren sacar la plata a la ANSeS: quieren hacer una solución de magos. Lo único que consiguen es darle manija a la gente y no encontrar una forma real de poder cumplirlo. Con el 82 por ciento móvil, se agotarían los fondos de Anses en un tiempo determinado y el sistema previsional iría a la anarquía. Nunca se preocupan de dónde va a salir el dinero, sólo se preocupan del ejemplo demagógico”.

Finalmente, Fernández se recibió también al proyecto de ley con media sanción para eliminar los superpoderes.

En este sentido, planteó que “Kirchner no adelantó nada (sobre un posible veto presidencial). Hay una mala interpretación”.

“Acá hay un error de concepto. Lo que dice el Artículo 81 es que si (el proyecto aprobado) no llegó a los dos tercios, la Cámara alta podrá convertirla en ley. Ni perdamos el tiempo de hablar de veto”, concluyó el jefe de ministros.