El abogado de Nicolás Ciccone aclaró por continental que su defendido “nunca declaró ante la Justicia que negoció directamente con (el vicepresidente Amado) Boudou” para quedarse con la imprenta de billetes.

En Magdalena Tempranísimo, aclaró que el entonces ministro de economía le había indicado a “su socio, José María Núñez Carmona como la persona con quien debía tratar sobre el tema de la venta de la Calcográfica”. En ese sentido, sí ratificó la especie periodística según la cual “el trato de parte del socio de Boudou siempre fue muy agresivo”.

Según el relato de Rusconi, Ciccone confirmó que tuvo dos reuniones con Boudou, quien negoció en persona la compra de la imprenta. Y denunció que sintió como una “extorsión” cuando “el hombre de confianza” del vice, José María Núñez Carmona, le pidió el 70 % del paquete accionario para concretar el salvataje financiero.

En la primera reunión, que tuvo lugar en julio de 2010 en las instalaciones de Telefe, donde el vice había concurrido para una entrevista en el programa AM, Boudou le dijo a Ciccone que “lo que tendría que conversar con él debía hacerlo con José María Núñez Carmona, porque era su hombre de confianza”. Estaban presentes su yerno, Guillermo Reinwick, y su vecino Gabriel Bianco, quien fue el nexo de la familia con Boudou. Siempre según el relato de Ciccone, la segunda reunión con la presencia de Boudou fue en el restorán “I Fresh Marquet” de Puerto Madero. Allí estuvieron presentes los dos hermanos Ciccone y Núñez Carmona. Boudou “le manifestó a mi hermano que todo lo manifestado por Núñez Carmona era avalado por él”, relató ayer Nicolás Ciccone.

El encuentro dio un vuelco en las negociaciones. Para Héctor Ciccone (ya fallecido), Boudou no era lo mismo que Núñez Carmona. Lo definió como “afable” y “agradable”. Aquella charla lo convenció. Y el contrato se selló el 1 de septiembre de 2010. Los hermanos acudieron por separado. Héctor pidió US$ 50 mil por mes “a cada familia por el know how y parte de las acciones”.

Promediando la declaración de Ciccone, Di Lello pidió que se suspenda porque se “estaba autoincriminando” al relatar las reuniones que mantuvo con el vicepresidente y que se podría encuadrar en el delito de tráfico de influencias por parte de Boudou. El juez rechazó el reclamo y le pidió precisiones. La respuesta del fiscal no lo conformó y rechazó el pedido. Ciccone continuó declarando como testigo, aunque para el fiscal debía hacerlo en calidad de imputado.