Los choferes de la línea 60 ratificaron el paro, pese a la intervención del Gobierno. El Ministerio de Trabajo dictó la conciliación obligatoria por quince días, pero los conductores resolvieron continuar con la medida de fuerza.

Además, esta tarde marcharán a la sede de la cartera laboral, donde está prevista una reunión con directivos de la empresa.

El presidente de la línea 60, Marcelo Pasciutto, acusó a los delegados de ser “violentos” y “arrastrar a ciento ochenta personas para cortar el servicio”, así como de “secuestrar” varios ómnibus para llevarlos a la manifestación. “Los sindicalistas quieren quedarse con la empresa”, los acusó.

En tanto, los trabajadores siguen en pie de guerra y acusan a la empresa de incumplir con acuerdos firmados. También protestan contra el despido de cinco compañeros y el peligro, aducen, de que se despida a un centenar más. Por Continental, Néstor Marcolín, delegado de la línea, acusó al Gobierno de haber "cambiado su actitud y su postura respecto de nuestros reclamos entre lo que decían en noviembre o diciembre del año pasado y lo que sostienen ahora".