En el marco de la nueva licitación del servicio de estacionamiento medido en la Ciudad de Buenos Aires, el gobierno porteño impulsa un plan que incluye un ajuste del 50 por ciento en la tarifa que se paga en los parquímetros.

Además, una herramienta utilizada en los años 90 para el control de las infracciones de tránsito podría retornar en caso de aprovarse el proyecto del macrismo.

Se trata del temido “cepo”, eliminado hace doce años y puesto a consideración del gobierno porteño para ordenar el tránsito. Según consta en el pliego, los autos en infracción serán atrapados por “dispositivos inmovilizadores de vehículos”, nombre formal de la vieja herramienta de los años del menemismo.

Según un artículo publicado hoy por el diario Perfil, el proyecto contempla que el mecanismo sea utilizado solamente en zonas con parquímetros, nunca en lugares con estacionamiento prohibido.

Asimismo, establece que será colocado en autos y motos detenidos sin haber pagado la tarifa, o que no fueron retirados una vez finalizado el tiempo permitido. El tiempo de gracia será de dos minutos.

El personal de las empresas concesionarias (repartidas en cinco zonas) actuará junto al cuerpo de tránsito. Cuando un agente detecte un vehículo en infracción le labrará un acta y le colocará el cepo.

En caso de que el conductor no pague el “servicio de inmovilización” dentro de las dos horas, una grúa se lo llevará hasta la playa de infractores, donde la permanencia en el depósito se cobrará por hora.