Tres acusados de haber asesinado a por lo menos tres mujeres en el estado brasileño de Pernambuco dijeron que consumieron parte de la carne de sus víctimas y que también la usaron para fabricar empanadas que vendieron a vecinos. Las confesiones provocaron conmoción en Brasil.

Los acusados, un hombre y dos mujeres, fueron detenidos en Garanhuns, municipio situado a 234 kilómetros de Recife, la capital de Pernambuco, y reconocieron que pertenecen a una secta que recibía órdenes de una “voz” misteriosa para eliminar mujeres que consideraban malas.

Los homicidios, el canibalismo y las prácticas rituales fueron admitidas en los interrogatorios a los que fueron sometidos por la policía y parte de los detalles fueron divulgados en rueda de prensa por el comisario Demócrito de Oliveira, comandante de la Policía Civil en Garanhus y responsable de la investigación.