El fiscal del caso Grassi, Alejandro Varela, denunció por Continental que al sacerdote católico condenado por abuso sexual de menores agravado por el cargo “lo protegieron abogados ligados al grupo del empresario Alfredo Yabrán”. En Magdalena Tempranísimo, llamó la atención sobre “una similitud evidente entre los letrados que representaron al cura Grassi y quienes defendieron al jefe de la seguridad de Yabrán”, Gregorio Ríos, condenado por el crimen del fotógrafo periodístico José Luis Cabezas.

“La legislación le permite a Grassi realizar otra apelación en instancia de la Corte Nacional; pero mientras la Corte decide si admite o no el caso el imputado deberá seguir preso, por eso era tan importante que se resolviera la detención" en el día de ayer, explicó Varela.

Julio César Grassi cumplirá una condena por abuso sexual y corrupción de menores de 15 años en la Unidad Penal 39 de Ituzaingó, según resolvió el Tribunal Oral Criminal 1 de Morón, que basó su decisión en tres fallos condenatorios anteriores y en el peligro de fuga. La decisión fue tomada por los jueces Mariana Maldonado, Pablo Lucero y Claudio Cheminade, quienes asumieron en forma reciente sus cargos en el Tribunal, donde reemplazaron a Luis Andueza, Jorge Carrera y Mario Gómez quienes habían condenado a Grassi, pero le habían permitido la libertad hasta que la sentencia quedara firme.

El sacerdote fue condenado por el TOC 1 en junio del 2009 a 15 años de prisión por haber abusado de un menor, que en el juicio adoptó el nombre ficticio de “Gabriel”, que se alojaba en guarda judicial en la Fundación Felices los Niños, que Grassi presidía. La condena fue confirmada en tres instancias, pero hasta hoy gozaba de una libertad morigerada.

El Tribunal, tras haber escuchado durante dos horas y media a todas las partes, dispuso hoy la “inmediata detención” de Grassi por el principio básico de la Constitución Nacional de “afianzar la justicia”. Argumentó además la existencia de tres fallos condenatorios -dos de ellos ordinarios y uno extraordinario (Cámara de Apelaciones, Casación y Suprema Corte bonaerense)- contra el sacerdote por el delito de abuso sexual y corrupción de menores. La jueza Maldonado dijo que el Tribunal decidió la detención de Grassi basándose en “actos claros y precisos, que dejan en evidencia un peligro de fuga concreta y verificable” del imputado.

El sacerdote escuchó las palabras de la magistrada sin realizar un sólo gesto y, una vez concluida la lectura, tomó sus cosas y se retiró sin que los policías que lo custodiaban le colocaran esposas. El cura, en el lapso que tuvo para exponer su posición, desmintió haber realizado “amenazas” a las víctimas y dijo que le “armaron una causa” al tiempo que negó tener medios económicos para fugarse, lo que apoyó levantándose de su asiento y mostrando el fondo de los bolsillos de sus pantalones.