Demuestran que el dolor crónico “deja una huella en el cerebro”.

Estudios con resonancia magnética funcional demostraron que los pacientes con dolor crónico “tienen algunas alteraciones cerebrales que están correlacionadas con la intensidad y la duración del padecimiento”.

Por Continental, Enzo Tagliazucchi, miembro del Departamento de Física de la UBA, explicó que “el dolor crónico alteraría circuitos cerebrales”.

“El mecanismo es un dolor periférico. Lo que está ocurriendo es que el cerebro se acostumbra y el dolor sigue. En lugar de apagarse esa señal en el cerebro, queda trabado y no apaga el dolor”, puntualizó en Magdalena Tempranísimo.

“De lo que estoy seguro es de que no funcionan las intervenciones quirúrgicas”, alertó Tagliazucchi.