En Libia, los rebeldes siguen su avance sobre Trípoli y están cercando a Muamar el Gadafi.

Se aseguraron el tercio oriental del país al dominar la ciudad de Misrata, la tercera en importancia y su aeropuerto, a unos doscientos kilómetros de la capital, donde el dictador resiste los embates de los manifestantes.

La Unión Europea, mientras tanto, adoptó, más tardíamente aun que los Estados Unidos, sanciones contra Gadafi y otros veinticinco allegados.

El Consejo de Seguridad de la ONU también dictó duras medidas que incluyen la suspensión de la venta de armas y el embargo de los bienes de la familia Gadafi.

En tanto, Estados Unidos ordenó reposicionar sus fuerzas navales y aéreas alrededor de Libia, según lo confirmó el portavoz del Pentágono.

Hillary Clinton rechazó la posibilidad de un ataque naval, pero la Casa Blanca aumentó la presión, tanto retórica como de hecho, contra el régimen del líder libio.