Las calles céntricas de la ex colonia británica permanecen cortadas al tránsito y varias líneas de colectivos están suspendidas o con sus recorridos alterados, aunque la mayor parte de los trabajadores pudieron reincorporarse a sus puestos de trabajo y muchas escuelas reabrieron sus puertas.

En tanto, los activistas debaten entre ellos si levantan la protesta ante la sede del gobierno o incluso en su totalidad. "Ahora es el turno del gobierno", indicó un dirigente estudiantil, Alex Chow, al ser interrogado sobre el final de las manifestaciones.

"Todos esperamos a ver cómo actúa el gobierno, para ver si es una táctica de dilación o si realmente quiere un diálogo", indicó.

Previamente, y acorralado por masivas manifestaciones, el primer ministro de Hong Kong, Leung Chun-ying, había exigido que cesaran al menos una parte de las protestas para que el gobierno pudiera volver a trabajar. Alertó sobre la posibilidad de una escalada del conflicto y reiteró que tomaría "todas las medidas necesarias para restablecer el orden social".

En medio de la tensa atmósfera, Occupy Central, una de las agrupaciones que trata de liderar el movimiento, anunció ayer su retirada en algunos puntos ocupados por las protestas, en una especie de guiño al Ejecutivo y tratando de evitar una nueva respuesta violenta de las autoridades.

Esta decisión, sin embargo, fue desoída por muchos de los jóvenes, que hace días vienen manifestando su distanciamiento con cualquier tipo de líder y especialmente si viene de Occupy, un síntoma de la falta de liderazgo concreto que caracteriza al movimiento y que ya empieza a evidenciar fisuras.

Mientras Occupy Central y un grupo de legisladores tienen en mente llevar a cabo una retirada estratégica, para seguir haciendo presión más adelante, hay grupos de estudiantes más radicalizados que tienen decidido continuar la ocupación hasta conseguir algo.

Las protestas, uno de los mayores desafíos al Partido Comunista Chino desde que controla la ciudad estado, surgieron por la negativa de Beijing a permitir la libre nominación de los candidatos a gobernador de la metrópoli en las primeras elecciones directas que habrá en 2017 en este territorio de siete millones de habitantes, y la renuncia de la máxima autoridad regional, Leung Chung-ying..

En respuesta, el movimiento estudiantil acusó al gobierno de no querer cumplir con sus condiciones para el diálogo, como por ejemplo que haya varias rondas de conversaciones y que se "pongan en práctica" los resultados.