El Xeneize se impuso por 2 a 1 en el clásico, tomó aire y hasta sueña con prenderse.

La Academia salió enchufado al partido. Rápidamente se hizo dueño de la pelota y empezó a arrinconar a un Xeneize dormido, aunque la intensidad le duró poco. Así, con el correr de los minutos, la visita fue tomando confianza y emparejando el desarrollo. Y cuando tuvo la posibilidad, Boca no perdonó: a los 24 de la primera parte, Juan Sánchez Miño cerró con una estupenda definición la jugada que armaron Emmanuel Gigliotti y Emanuel Insúa. A partir de allí, se vieron los mejores momentos del equipo de Bianchi, frente a un equipo sin respuestas.

En el complemento, los dirigidos por Mostaza Merlo salieron recargados. Por medio de los centro empezó a complicar al rival y, merecidamente, consiguió su premio. Tras un infantil penal del Cata Día, Sebastián Saja no perdonó desde los 12 pasos y puso la historia 1 a 1. La historia se complicaba y el Virrey mandó a la cancha a Luciano Acosta, que torció el rumbo del encuentro. Tras una buena jugada, el pibe habilitó a Gigliotti que no pudo definir bien, aunque Erbes aprovechó el rebote para marcar el 2 a 1.

Esta es la segunda victoria consecutiva para Boca, que calma las aguas luego de una semana muy complicada por las internas en el plantel. Así, se pone a cuatro del líder, Colón, y se permite ilusionarse. Racing vive un verdadero infierno: con cinco derrotas en siete fechas, ocupa el último puesto en la tabla de posiciones y no encuentra respuestas. Los hinchas despidieron al equipo entre silbidos e insultos.