En un inmenso campo al aire libre, el Parque de los Samanes, unos 600 mil fieles siguieron atentos la misa que ofreció el papa Francisco en Guayaquil. Con intenso calor, en su segundo día en ese país, el sumo pontífice expresó que la familia es la base de toda riqueza social.
 
Al comenzar la homilía, Jorge Bergoglio calificó a la familia como “una escuela donde la oración recuerda que hay un rostro, que hay un prójimo patente: vive bajo el mismo techo, comparte la vida y está necesitado”.
 
“La familia es el hospital más cercano, la primera escuela de los niños, el grupo de referencia imprescindible para los jóvenes, el mejor asilo para los ancianos”, dijo, y explicó que el núcleo familiar “constituye la gran ´riqueza social´ que otras instituciones no pueden sustituir”.
 
Aún durante el mensaje de Francisco, muchos feligreses ingresaron a último minuto al parque por alguna de las nueve entradas habilitadas a lo largo de una ancha avenida en la que se montó un cerco perimetral, resguardado por una importante cantidad de policías.