Durante una recorrida sorpresa de autoridades judiciales al Penal de Marcos Paz, el Complejo Penitenciario II, se detectó a una docena de presos en calabozos individuales sin luz, sin ventilación y sin posibilidad de acceder a baños en meses, denunció por Continental el juez porteño Sergio Paduczak.

Doce reclusos, que estaban encarcelados en el pabellón 7 del módulo 1, debían deshacerse de sus excrementos por “una pequeña ventana”. Después de la visita, el lugar fue clausurado y se ordenó que los internos recibieran atención médica, psicológica y alimentos, informó en Magdalena Tempranísimo.

La visita formó parte del Sistema de Coordinación y Seguimiento de Control Judicial de Unidades Carcelarias, integrado por jueces de la Cámara Federal de Casación Penal (CFCP), jueces de ejecución penal, representantes de la Procuraduría contra la Violencia Institucional (Procuvin), la Procuración Penitenciaria de la Nación, la Defensoría General de la Nación y, como miembro consultivo, el Centro de Estudios Legales y Sociales (CELS), que en cada Informe Anual sobre Derechos Humanos denuncia desde hace décadas las múltiples vejaciones a que son sometidos los reclusos.

“La visita fue el viernes pasado. Llegamos al pabellón 7 a las 15.30 y los presos, según dijeron, aún no habían desayunado. Algunos de los detenidos estaban en esa situación desde junio pasado. Vestían incluso la misma ropa con la que habían sido alojados”, describió Paduczak. “De los 12 presos que estaban alojados en el pabellón 7 del módulo 1, siete estaban en condición de sancionados y cinco, en calidad de detenidos en ‘tránsito’, es decir, reclusos a los que es difícil encontrarles un lugar”, añadió el magistrado.

“Los 12 internos encerrados en celdas estancas miraban a jueces y fiscales a través de estrechas mirillas. Las llaves de los calabozos no aparecían, los detenidos gritaban que la visita no se fuera. Esas personas habían estado encerradas por largo tiempo en calabozos individuales, sin salida, sin baño, sin electricidad ni vidrio en una pequeña ventana por la que tiraban el excremento afuera, sin visitas ni aseo”, resumió Paduczak.

La visita sorpresiva a Marcos Paz es la tercera de este tipo que hace el organismo en pocas semanas. Este tipo de acciones para sorprender suele serle negada o entorpecida a los organismos de derechos humanos como la Correpi, bonaerense, por parte de los encargados de las prisiones.