“Hubo un hombre que pensó que los empresarios locales teníamos derecho a tener participación en el desarrollo de cualquier actividad y creo que su pensamiento fue siempre potenciar a los empresarios tanto locales, regionales como nacionales, que es la base sobre la cual se pueden generar los puestos de empleo”.

Con esa frase el empresario santacruceño Lázaro Báez explicó por qué su crecimiento económico exponencial se dio durante la década kirchnerista. Y lo hizo al mantener un segundo encuentro con la prensa, a la que le volvió a abrir la puerta de su chacra en Río Gallegos.

Allí, Báez nuevamente negó que haya tenido una bóveda en la vivienda, aunque confirmó que el hombre que supuestamente sacó fotos de ese recinto, y que difundió Jorge Lanata, fue su empleado Manuel Triviño.

El empresario involucrado en una causa de supuesto lavado de dinero mostró cinco galpones, y sumó también la vivienda familiar que tiene en el centro de la ciudad, donde insistió con que nunca tuvo bóvedas y que no realizó reformas en la cava, ya que "siempre estuvo así".

También se quejó de que "el nivel de afectación a la vida privada es tremendo" y se negó a responder qué cantidad de estancias posee porque, según afirmó, "está en el secreto de la causa", aunque aseguró que "no" las compró en efectivo sino a través de pagos "bancarizados, como corresponde".

Con respecto a las denuncias de dinero negro proveniente de contratos de obra pública sobrevaluados, sostuvo que "las licitaciones son abiertas, se publican, no se pueden negociar" y retrucó: "¿Y las que yo perdí, qué pasa? Hoy en Santa Cruz hay más de 7 u 8 empresas que están construyendo. ¿Qué pasa? ¿Soy el único que tiene sobreprecios en la obra pública? ¿Y todas esas empresas?".

Báez también admitió que conocía a Manuel Triviño, el testigo que había pedido protección judicial para entregar fotografías de prueba del supuesto desmantelamiento de su bóveda: sostuvo que hacía muchos años que trabajaba en sus empresas, aunque señaló: "No sé que decir sobre él".

"La Justicia tiene que hacer su trabajo y que tenga la libertad de pedir lo que tenga que pedir. Lo mejor que nos puede pasar es eso. Confío en la Justicia, pero es lenta, ya que hace treinta días se tenía que presentar las grabaciones en crudo de esa supuesta cámara oculta y hasta ahora no se pueden obtener", afirmó Báez sobre las declaraciones del financista Leonardo Fariña.

En tanto, Cristina Kirchner, aclaró que nunca visitó su chacra: "No la conoce, a pesar de que dicen que yo soy el Yabrán de la Presidenta, nunca quiso venir". Según publica el diario La Nación, Báez también afirmó que habla poco con la jefa de Estado -"solo lo hicimos en los momentos difíciles"- y sostuvo que las denuncias en su contra y sus vinculaciones con Néstor Kirchner se trata de “una operación para afectarla a ella, pensarán que soy una bala de plata para la Presidenta".