Faustino Cascallares tenía 4 años cuando descubrieron que sufría leucemia. Vivía, como ahora, en el partido bonaerense de Laprida, jugaba todo el día en la estancia donde su papá era encargado y era un nene que ni siquiera se resfriaba seguido. Este año Faustino se convirtió en uno de los 210 niños trasplantados de médula ósea por el sistema de salud público de la Provincia y en uno de los 100 que lo hicieron con un donante relacionado: en su caso el donante fue Benjamín, su hermanito de apenas 3 años.

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