Cada vez son más los interrogantes sobre la situación legal de la prostitución en la ciudad de Buenos Aires, en el marco de una reciente denuncia de la hija de Raúl Martins, Lorena, quien sería dueño de varios de los lugares porteños más populares y de oferta sexual.

La Agencia Gubernamental de Control de la comuna tiene a su cargo la auditoría de “todo tipo de locales comerciales” del distrito, según explicó su director, Javier Ibáñez, ya sea “un prostíbulo o una zapatería”.

“Lo que es un delito es el proxenitismo, no la prostitución”, dijo en La Vuelta.

“Hay delito cuando hay una mujer que ejerce el trabajo sexual y denuncia que lo hace bajo presión” de otra persona.

Boliches nocturnos que funcionan como cabaret. “Todos están habilitados como café-bar y la mayoría tienen permiso ‘Clase A’ que permite tener una chica que baile”, precisó Ibáñez. “Claramente, no existe la figura de ‘prostíbulo’”, subrayó.

“Nosotros verificamos si hay una irregularidad en el funcionamiento de estos lugares”, subrayó sobre el largo listado de boliches inspeccionados, cuya propiedad respondería a Raúl Martins.

“Hicimos 84 denuncias” sobre estos locales y “habría que ver cuántos proxenetas fueron capturados”, dijo Ibáñez, quien aseguró que detrás de este tipo de operaciones delictivas siempre hay coimas.