Un estudio publicado en la revista Science reveló el impacto de la llegada de una pequeña hormiga invasora a una zona de la sabana africana, alterando significativamente el ecosistema local. Esta investigación, en la que participó el biólogo argentino Alejandro Pietrek, destacó cómo la interacción entre especies a una escala minúscula puede tener repercusiones a gran escala en el paisaje.

El estudio se centró en la relación de mutualismo entre ciertas hormigas y las acacias en Kenia, donde las hormigas nativas solían proteger a los árboles de los herbívoros a cambio de néctar. Sin embargo, la llegada de la hormiga invasora "cabezona" desequilibró esta relación, dejando a las acacias vulnerables a los ataques de elefantes, quienes aumentaron su consumo de hojas.

Este cambio en la vegetación afectó la dinámica de caza de los leones, que pasaron de cazar cebras a búfalos, influenciando el "paisaje del miedo" de las presas frente a los depredadores. Pietrek, quien participó en el estudio, destacó la complejidad de los efectos inesperados de las especies invasoras en los ecosistemas y la dificultad de predecir las consecuencias a largo plazo.

Desde su experiencia en Kenia y su trabajo en Argentina, Pietrek enfatizó la importancia de la investigación científica y el financiamiento sostenido para comprender y conservar la diversidad de especies y ecosistemas. Su labor en el Laboratorio de Ecología Aplicada a la Conservación en Salta se enfoca en el estudio de poblaciones silvestres y la preservación de especies amenazadas en los Altos Andes, destacando la importancia de entender los procesos que llevan a la extinción o a la invasión de especies.