Un nuevo descubrimiento en Turquía desafía las ideas aceptadas sobre los orígenes humanos. Se trata de un simio fósil de 8,7 millones de años de antigüedad llamado Anadoluvius Turkae, encontrado en el yacimiento fósil de Çorakyerler cerca de Çankiri. Este hallazgo respalda la teoría de que los antepasados de los simios y humanos africanos evolucionaron en Europa antes de migrar a África hace entre nueve y siete millones de años.

El análisis del cráneo parcial de Anadoluvius muestra que los simios fósiles mediterráneos son diversos y forman parte de la primera radiación conocida de los primeros homínidos, que incluye a los simios africanos (chimpancés, bonobos y gorilas), los humanos y sus ancestros fósiles. Este estudio, publicado en Communications Biology, fue realizado por un equipo internacional de investigadores dirigido por el profesor David Begun de la Universidad de Toronto y la profesora Ayla Sevim Erol de la Universidad de Ankara.

El fósil de Anadoluvius es significativamente bien conservado, incluyendo la mayor parte de la estructura facial y la parte frontal de la caja del cerebro. Según los investigadores, este simio era aproximadamente del tamaño de un chimpancé macho grande y vivía en un entorno de bosque seco. Aunque no se encontraron huesos de las extremidades, las características mandibulares y dentales sugieren que su dieta incluía alimentos duros o duros de fuentes terrestres.

El análisis detallado revela que Anadoluvius turkae es una rama evolutiva que dio origen a los simios africanos y humanos. Además, los simios fósiles de Grecia (Ouranopithecus) y Bulgaria (Graecopithecus) también forman parte de este grupo de homínidos primitivos. Estos hallazgos respaldan la idea de que este grupo se originó en Europa y luego se dispersó en África. Además, sugieren que los simios de los Balcanes y Anatolia evolucionaron a partir de ancestros de Europa occidental y central.

Estos resultados son importantes ya que contradicen la creencia de que los simios y humanos africanos evolucionaron exclusivamente en África. Sin embargo, los investigadores señalan que se necesitan más fósiles de Europa y África para establecer una conexión definitiva entre los dos grupos.