Un programa de formación laboral brinda a transexuales la posibilidad de trabajar en la atención y cuidado domiciliario de ancianos. Se trata de una experiencia piloto del Ministerio de Desarrollo Social con una veintena de personas.

Según enfatizó Mariel, de 37 años, para un transexual “es una odisea” hallar trabajo en la Argentina. “La única manera de obtenerlo es con gente conocida, por recomendación”, y aun así es complicado. “Yo tengo un amigo con un negocio de ropa y me dice ‘de mil amores te pondría de vendedora en mi negocio, pero seguramente perdería clientela’”, ejemplificó. “Las chicas trans que sufrimos la exclusión del campo laboral, inevitablemente terminamos en la prostitución”, recordó.

El curso consiste en cinco meses de clases teóricas en la Facultad de Psicología de la Universidad de Buenos Aires, más un período de prácticas de otros cinco meses.

Ricardo Iacub, doctor en Psicología e impulsor del proyecto, planteó que a la realidad “hay que trabajarla con insistencia y ofrecimiento de algo nuevo, para que el cambio se produzca”. Esta experiencia abre posibilidades, por ejemplo, de cuidar a ancianos trans u homosexuales, ya que “también hay discriminación en los geriátricos”.