El choque entre dos barcos de carga en el río Paraná el último viernes derivó en una polémica entre el secretario general adjunto de la Federación Marítima Portuaria, Juan Carlos Schmid, y un empresario paraguayo por las condiciones de seguridad en la navegación del brioso curso de agua.

Por Continental, Schmid se quejó por “las condiciones en las que se navega. Acá falta seguridad en la navegación interior y la responsabilidad es del Gobierno nacional, especialmente de la Cancillería. Los armadores paraguayos hacen lo que se les canta en las vías de navegación argentinas”, protestó.

En La Mañana, graficó que "el río Paraná se ha convertido en una especie de Avenida 9 de Julio. Falta una mayor política de control".

En cambio, Guillermo Ehrecke, presidente de la Asociación de Armadores Fluviales de Paraguay atribuyó el choque a un error del barco argentino, el Polaris. “Lo que pasó no tiene que ver con falta de señalización ni falta de seguridad. El remolcador paraguayo tenía preferencia de paso porque iba aguas abajo, en un tramo estrecho del río, y el argentino violó las reglas porque quiso pasar primero. Fue una imprudencia”, consideró.