Un nuevo estudio revela que reducir la contaminación plástica en un 5% anual podría estabilizar el nivel de microplásticos en la superficie del mar y permitir cumplir los objetivos de la ONU para fin de siglo. Esta investigación, fruto de la colaboración entre investigadores del Imperial College London y GNS Science, señala que incluso reducir la contaminación en un 20% anual no disminuiría significativamente los niveles de microplásticos existentes, lo que sugiere que estos persistirán en los océanos más allá de 2100. 

Los microplásticos, fragmentos de menos de 5 mm de longitud, están presentes en todos los océanos del planeta, con algunas de las mayores concentraciones a miles de kilómetros de la costa. Estas diminutas partículas de plástico representan un peligro para la vida marina y pueden reintroducirse en la cadena alimentaria humana desde los océanos. 

La Asamblea de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (UNEA) tiene como meta adoptar una resolución jurídicamente vinculante para erradicar por completo la producción de contaminación plástica para 2040, incluidos los microplásticos oceánicos. Los investigadores han desarrollado un modelo para predecir el impacto de ocho escenarios diferentes de reducción de la contaminación plástica en los microplásticos oceánicos durante el próximo siglo, desde 2026 hasta 2100. Los resultados, publicados en Environmental Research Letters, sugieren que si los países logran reducir la contaminación plástica en más de un 5% cada año, la cantidad de microplásticos en el océano podría estabilizarse en lugar de seguir aumentando. 

Los microplásticos representan una amenaza significativa cuando se acumulan en la superficie del océano, siendo consumidos por la vida marina, incluidos los peces que forman parte de nuestra dieta. Una posible forma de eliminar los microplásticos de la superficie del océano es agruparlos con pequeños organismos vivos o materiales de desecho, como desechos orgánicos o excrementos de animales, para que se hundan en las profundidades oceánicas y alejen los microplásticos de la superficie. 

Sin embargo, la flotabilidad de los microplásticos impide que estos grupos se hundan, atrapándolos cerca de la superficie. Comprender cómo estos agrupamientos afectan los niveles de microplásticos en el océano es crucial para establecer metas efectivas de reducción de la contaminación plástica. 

A pesar de los esfuerzos por reducir la contaminación plástica, la presencia de microplásticos en la superficie del océano perdurará durante siglos debido a la retención de la vida marina. Incluso si se logra reducir la producción anual de contaminación, los microplásticos seguirán presentes en los niveles más profundos del océano, con consecuencias aún desconocidas. 

No obstante, aunque una erradicación completa de los microplásticos en todas las profundidades del océano parece inalcanzable, reducir la contaminación plástica anualmente, aunque sea en un 1%, podría marcar una gran diferencia en términos generales. El modelo desarrollado por los investigadores destaca la necesidad de una política internacional más coordinada para abordar este desafío, en lugar del objetivo actual de la ONU de 0% de contaminación plástica para 2040.