Informe BBC. De niños a menudo se nos dice que los palos y las piedras pueden romper los huesos, pero las palabras nunca pueden doler. Sin embargo, con el beneficio de la experiencia, los adultos entienden que este viejo proverbio está lejos de ser cierto: mientras que las lesiones físicas pueden tardar semanas en sanar, los comentarios negativos pueden dejarnos cicatrices de por vida.